lunes, 7 de octubre de 2013

ENSCO 5006: Una odisea en el Mediterráneo.


"La mejor forma de vencer las dificultades es atacándolas con una magnífica sonrisa." 
(Robert Badem-Powell)

El verano acababa de comenzar y yo volaba destino a la fantástica isla de Chipre... aunque podría ser el comienzo de una bonita historia veraniega, así es como empezaba mi particular Odisea en el Mediterráneo. Una nueva etapa cargada de momentos buenos e inolvidables pero también muy intensos, y posiblemente los más duros desde que de mi carrera profesional esta ligada al mundo del petróleo. Esta es otra historia de otro hombre de muchos senderos, que también anduvo errante mucho después de Troya... 



Del camino:

Para poder pisar sobre este viejo semi-sub que actualmente surca las aguas mediterráneas -aquí su posición actual-, primero había que llegar hasta territorio Chipriota. Para ello vuelo desde Bruselas con escala en el Fuimicino romano (FCO) destino al Aeropuerto Internacional de Larnaca (LCA), -la vuelta sería con escala en el aeropuerto de Viena-Schwechat (VIE)- donde al llegar me encuentro con la desagradable sorpresa de que mi maleta ha decidido no presentarse (llegaría una semana después junto con una bonita indemnización). En el taxi desde el aeropuerto hasta Limasol descubro que en Chipre también se conduce por el lado izquierdo debido a que fue colonia británica hasta 1959 -en la actualidad todavía permanecen algunas zonas de la isla bajo dominio británico-. Sin tiempo para disfrutar las vistas del amanecer desde el hotel Poseidonia Beach y con menos de dos horas de sueño tocaba dirigirse hacia el helipuerto para ir camino de una nueva plataforma: la ENSCO 5006. Al llegar a este gigante férreo propiedad de ENSCO la misma rutina de bienvenida de siempre, aunque en esta ocasión el cliente sería NOBLE energy.





Del trabajo:

Tal vez acostumbrado por la comodidad y tranquilidad que solía acompañarme en el Sapphire, en esta ocasión y a medida que pasaban los días me fui encontrando y tuve que enfrentarme con numerosas dificultades, haciendo que mi estancia allí fuese mucho más dura de lo esperado. Sin falta de entrar en detalles técnicos, comenzamos por varios equipos defectuosos y que no funcionaban correctamente, pasamos por un cliente que desde el principio no estaba predispuesto a facilitarnos el trabajo, sumamos que la formación de alguno de mis compañeros -en mi opinión- no era la suficiente para enfrentarse a estas situaciones, y sin olvidar que compartía habitación con 4 personas (en el mismo turno parte del tiempo) y no tenía otra ropa que lo puesto y algo que me habían dejado prestado, obtenemos la receta de un día a día que se parecía más a una pesadilla -llegé incluso a soñar con los problemas-, especialmente entendiendo el trabajo como yo lo entiendo. La rutina diaria se convirtió en una intriga continua para saber cual sería el siguiente problema y como podría resolver los ya existentes; y este estrés se incrementaba notablemente por las continuas llamadas desde Houston y al ser yo el único responsable del sistema Isotope que usábamos en esta ocasión. Tiempos duros pero que a su vez se convirtieron en un buen entrenamiento que seguro a la larga repercutirá en mi carrera.





De la isla:

Durante mi "diversión" a bordo el Ensco5006 hubo un pequeño paréntesis de 5 días donde los mud loggers y sample catchers fuimos enviados a tierra ya que no se nos necesitaba debido a las operaciones que iban a llevarse a cabo. Por primera vez, los traslados a tierra iban a ser por vía marítima y el trasbordo de la plataforma al bote, en la cesta. Nunca olvidaré estar colgado a más de 50 metros de altura y las casi 5 horas del viaje en barco, con los nervios pensando que me marearía. Una vez en tierra firme, sobre la tercera isla más grande del Mediterráneo, el fantástico hotel Curium Palace hizo las veces de base de operaciones en la turística Limasol, la segunda mayor ciudad de la isla. En ella pude disfrutar de su ciudad vieja y alguno de sus numerosos sitios arqueológicos además de su bonita costanera y agitada vida nocturna. También pude hacer una escapada de un día y visitar las montañas de Troodos y hacer cima en el Monte Olimpo o Chionistra de casi 2000 metros de altura que corona esta isla mediterránea y donde en invierno se puede esquiar; además allí pude descubrir su famoso complejo ofiolítico, ejemplo geológico relicto de las asociaciones de rocas que forman la corteza oceánica y manto superior a través de las numerosas y bonitas rutas que esconde. Como recuerdo entrañable los gatos que campaban a sus anchas por todos lados y KEO la cerveza nacional. De todo esto dejo constancia a continuación con un recopilatorio de imágenes (de no muy buena calidad) de este periodo:

















De la gente:

A bordo, como siempre los compañeros van y vienen y como siempre me gusta recordar sus nombres para poder rescatarlos cuando que el paso del tiempo los borre de mi memoria. Adrian, Susana, Sylvan, Irene, Vasile y Ana fueron mis compañeros durante este tiempo. En esta ocasión también hice una buena amistad con Gabriel, un trabajador de Weatherford y que espero volver a encontrar en algún otro destino.


En tierra, pude conocer un poco como es el pueblo chipriota y su marcado carácter. Debido a su posición estratégica en el Mediterráneo la isla -habitada desde el Paleolítico- ha estado dominada en el transcurrir de los milenios y de la historia por distintos pueblos, entre ellos el fenicio, micénico, griego, egipcio, hitita, romano, otomano, británico y en la actualidad la mitad noreste de la isla esta bajo dominio turco, (una enorme bandera turca iluminada por las noches se lo recuerda diariamente a los chipriotas de Nicosia, su capital) -lo que explica su riqueza arqueológica-, y por lo tanto, los chipriotas, acostumbrados a vivir bajo el dominio de otras culturas son y serán un pueblo único, con una personalidad característica labrada por el paso de los siglos y forjada por su cercanía con el mar. Pero sus gentes, a pesar de lo que pudiese parecer, en lugar de desconfiados y recelosos frente al desconocido son enormemente hospitalarias y generosas, haciendo gala de ello aprovechando cualquier ocasión para invitar al caminante a compartir mesa y vivencias mediante la expresión Kopiaste.




Concluyendo:

Al final, las malas experiencias tanto como las buenas, se convierten en un ejercicio de mejora y entrenamiento al servicio de nuestra evolución y progreso, tanto personal como profesional. El poder enfrentarme a todo tipo de situaciones, conocer personas de distintos orígenes y linajes, o descubrir lugares inolvidables hacen que al final, un viaje que en aquellos días consideraba una mala -o no muy buena- experiencia, ahora mientras escribo desde la distancia se haya convertido en una de las mejores aventuras de mi vida. Ευχαριστώ Κύπρος (Gracias Chipre)

Me despido recordando una cita de Lawrence Durrel en sus Limones Amargos, que me acompañaron y me ayudaron a descifrar Chipre y sus gentes:

"Journeys, like artists, are born and not made. A thousand differing circumstances contribute to them, few of them willed or determined by the will—whatever we may think"




 

2 comentarios:

  1. Es muy grato volver a saber de tus experiencias, me gustaria saber,deque manera siendo yo estudiante de ing de petroleos podria llegar estar en esta area del mud logger, osea que cursos,o si existe algun tipo de practicas para uno ir encaminandose a esta area.

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  2. Hola de nuevo Jader... yo creo que no es necesario hacer ningún curso preparatorio. Al menos no así con mi empresa ya que como habrás leido, son ellos mismos los encargados de la formación. No se en otras compañias, como Baker, Weatherford, Geolog... seguro que sus páginas web puedes encontrar más info. Un saludo.

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