Continúa de ¿Dónde? En Côte d'Ivoire.
<...a pesar de que nunca he podido visitar el gran mercado de Abidjan a píe, el recorrido en coche que lo atraviesa lo he hecho muchas veces. Puestos de todo tipo, desde gallinas hasta ventiladores, pasando por vacas, frutas, muebles o remedios caseros para enfermedades. Talleres mecánicos, de reparación y venta de electrodomésticos o telefonía se intercalan con puestos de envío de dinero, carne seca o especias. Un gran bazar donde parece que todo se puede encontrar si sabes donde hay que buscarlo. Varios kilómetros cuadrados de mercado donde, intentando encontrar lo que necesitan o simplemente buscándose la vida, la gente va y viene -comprando o vendiendo- de un lado para otro, como es frecuente en estas latitudes. Por este mismo camino llegamos a la zona industrial y en la carretera siempre veo a esos vendedores ambulantes de Nescafé (una pena no tengo ninguna foto) y los porteadores con sus carros de carga. También se encuentran por todos lados los maquis, esos pequeños restaurantes locales...>
Concluyendo:
El motivo de esta larga recapitulación sobre Côte d'Ivoire y especialmente sobre Abidjan es que después de las dos últimas rotaciones a bordo del Sapphire Driller, de las que poco nuevo hay que destacar -aparte de una enorme bandada de delfines una mañana de simulacro, y que se acabaron las largas conexiones entre aeropuertos, ya que desde enero estaba volando directamente de Bruselas (donde ahora vivo) a Abidjan, desde el Aéroport Bruxelles-National (BRU)- parece ser que por el momento se acabó mi aventura Africana. Y es por eso que quiero, a mi manera, despedirme de esta Ciudad que me ha acogido durante los últimos meses.
En mi memoria siempre estará aquel primer amanecer, mis miedos a lo desconocido y las caras sonrientes de aquellas gentes al encontrarse con mis ojos esquivos de esos primeros días. Nunca se me olvidará como Mustafa se alegró al verme volver y como su hijo Pap, sin buscar nada a cambio, me entregó un pequeño recuerdo porque yo era: <ami de ma famille>; tampoco se me olvidará ese olor tan especial a África que impregna todo, ni el respeto que creció dentro de mi hacia una cultura tan compleja y desconocida. Por todo eso y mucho más Abidjan -y en cierta forma toda África- es ahora parte de quien yo soy. Dicen que África cambia a la gente y que uno siempre sueña con poder regresar. Yo ya estoy soñando.
A demain Afrique...
Atchán goto fe
-lema de Abidjan-
Ahora que ya sabemos donde ubicarnos en el mapamundi cuando tenemos que buscar la ciudad de Abidjan, llega el momento de descubrir un poco más sobre esta enorme y compleja aglomeración urbana -con algo más de 6.5 millones de habitantes- situada en la costa sur oriental de Côte d'Ivore y bañada por la laguna de Ébrié.
Mucho ha cambiado mi impresión sobre la ciudad desde que allá por finales de 2011 mis inquietos pies pisaran por primera vez esta "perla de las lagunas". A pesar de que no he tenido mucho tiempo para descubrirla por mi cuenta, a lo largo de estos meses y durante todas estas visitas se ha producido una completa transformación en mi percepción sobre ella, hasta llegar a sentir a Abidjan como una parte de mi. Esta evolución es lo que intentaré reflejar en las próximas lineas junto a fotos, muchas fotos. Bienvenidos a mi Abidjan:
Origen del nombre:
Según la tradición oral Ébrié (etnia marfileña), el origen de su nombre se debe a un simple malentendido. Según cuenta la leyenda, un viejo campesino local que transportaba una carga de ramas, se encontró con un explorador europeo. Este le preguntó por el nombre de la aldea más cercana y el viejo campesino, sin conocer la lengua del hombre blanco, creyó entender que estaba siendo cuestionado por su presencia en aquel lugar. Aterrorizado por este suceso, emprendió la huida gritando <min tchan m’bidjan> que en lengua ébrié significa más o menos <yo solo corté las hojas>. El explorador creyó que esta era la respuesta a su cuestión y quid pro quo llega hasta nuestros días Abidjan.
Tribu Ébrié |
Igual de desorientado que este explorador y posiblemente más aterrorizado que nuestro viejo campesino asomaba por primera vez mis ojos al África negra en octubre de 2011. Pese a poco más que un par de trayectos en coche aeropuerto-hotel y aeropuerto-base-hotel estas fueron mi primeras impresiones de Abidjan :
<...después de una buena ducha en spray antimosquitos arrancamos dirección al helipuerto. Son las 7 de la mañana y la ciudad parece llevar despierta varias horas. El calor es ya sofocante y mucha gente camina -no podría decir a donde- entre un ruidoso y caótico tráfico. Una ley no escrita parece obligar a los conductores a usar el claxon a cada minuto. En la proximidad del aeropuerto nos encontramos con -por llamarlo así- un control policial, al parecer algo típico herencia de los periodos de inestabilidades recientes. Un par de neumáticos cruzados en la carretera junto con una valla permiten el paso solo tras reducir la marcha y girar a través del paso en forma de zigzag...>
<...al volver de la plataforma me dicen que tenemos que ir a la base de SLB. En el camino pasamos por un enorme mercado. La organización del mismo es para mi un misterio. En nuestro camino vamos atravesando la zona donde se pueden comprar animales vivos: ovejas, vacas, aves... seguimos por una zona de "restauración" que personalmente no me abre el apetito. Vamos dejando atrás más y más pequeños puestos con todo tipo de mercancías. Todo esta sucio, muy sucio. Nuestra base se encuentra en la zona industrial del puerto, con todo tipo de empresas y una enorme refinería y para llegar hasta ella pasamos por una zona de chabolas en las que la pobreza parece extrema. Me entristece ver niños jugando entre basura...>
Organización de la ciudad:
En la actualidad la ciudad de Abidjan sigue el modelo francés de ordenamiento administrativativo. Situado dentro de la región de las lagunas, el distrito de Abidjan se divide en 10 comunas, cada una con sus características y peculiaridades. De todas ellas destaca Le Plateau, la zona de negocios, con grandes edificios y rascacielos, y considerado el centro administrativo, comercial y financiero de Côte d'Ivorie; Cocody, conocida por sus playas sobre la laguna, sus barrios residenciales de lujo, albergar la universidad, la televisión y ser el alojamiento de todas las embajadas y figuras representativas. Marcory, una zona residencial donde la mayoría de la colonia extranjera tiene su residencia, alberga el Centro Artesanal de la Ciudad de Abidjan, zona comercial y de hoteles; Port-Bouët que incluye el marche des puces, la refinería, el aeropuerto y la mayor parte del tejido industrial; y Yopougon, la comuna más poblada, y donde habitan la mayor parte de los habitantes locales que conozco.
En la actualidad la ciudad de Abidjan sigue el modelo francés de ordenamiento administrativativo. Situado dentro de la región de las lagunas, el distrito de Abidjan se divide en 10 comunas, cada una con sus características y peculiaridades. De todas ellas destaca Le Plateau, la zona de negocios, con grandes edificios y rascacielos, y considerado el centro administrativo, comercial y financiero de Côte d'Ivorie; Cocody, conocida por sus playas sobre la laguna, sus barrios residenciales de lujo, albergar la universidad, la televisión y ser el alojamiento de todas las embajadas y figuras representativas. Marcory, una zona residencial donde la mayoría de la colonia extranjera tiene su residencia, alberga el Centro Artesanal de la Ciudad de Abidjan, zona comercial y de hoteles; Port-Bouët que incluye el marche des puces, la refinería, el aeropuerto y la mayor parte del tejido industrial; y Yopougon, la comuna más poblada, y donde habitan la mayor parte de los habitantes locales que conozco.
Como ya he dicho, poco tiempo libre me queda para descubrir la ciudad ya que lo normal es que al llegar me lleven al hotel y a la mañana siguiente volar a la plataforma o a la inversa, es decir que te recojan en la plataforma y te lleven al hotel en espera del vuelo de vuelta. A pesar de esto, yo siempre que puedo intento escaparme y ver que esconde este gigante que para nada parece dormido. En una de estas escapadas pude pasear por Le Plateau, aunque lo normal es que mis "fugas" se produzcan siempre en la zona de Marcory ya que en ella se encuentra el hotel Ibis Marcory en el que nos solemos alojar muchos de los extranjeros que por unos motivos u otros nos encontramos en esa zona del Golfo de Guinea. Esta no es otra que mi Abidjan:
<...ya que el avión es a última hora de la tarde al final me he atrevido a escapar del hotel y dar una vuelta por mi cuenta. Siguiendo la calle principal no me he alejado mucho del hotel pero esta primera escapada me ha ayudado a perder un poco ese miedo a lo desconocido de la ciudad. La mayor parte de la gente que me encontré parece muy agradable y te sonríe y no he sentido inseguridad en ningún momento. Regreso a la habitación con ganas de seguir explorando...>
<...el hotel en Marcory estaba lleno por lo que nos alojan en Ibis Le Plateau. En el camino cruzamos un puente sobre la laguna y puedo ver el perfíl del barrio. Entiendo porqué esta zona le llaman la pequeña Manhatan de África. Nada más que tengo la confirmación de mi vuelo cojo mi pasaporte y me lanzo a conocer la zona. Si no fuese por el sofocante calor la calle principal podría parecerse cualquier otra capital del mundo: hombres de negocios, y gente de bien por todos lados. Muchas tiendas, algunas con productos de lujo. El contraste con la zona del puerto es enorme. Tras preguntar a un lugareño llego a la Catedral de San Pablo...>
<...esta tarde he visitado junto a Joseph (el WSG) el CAVA (Centre Artisannal de la Ville d'Abidjan). En un recinto cerrado donde se recrea una especie de pueblo indígena en el cual se vende todo tipo de artesanía. Un mundo aparte donde los "blancos" somos más que bienvenidos y el juego del regateo es más que obligado. Uno de esos lugares donde merece la pena dejarse llevar, olvidarse de las prisas y disfrutar de "África". Pese a no tener pensado comprar nada, entro en el juego y me voy con mi primer recuerdo y la promesa de volver...>
<...el tráfico es una locura y me llama mucho la atención la gente vendiendo agua en bolsas de plástico en los semáforos y también los taxis. Al parecer existen dos tipos de taxis urbanos: los de color naranja, que son los más caros y que pueden moverse por toda la ciudad; y los wôrô-wôro de otros colores (dependiendo del barrio) que son colectivos y más baratos pero no tienen permiso para moverse entre distintos barrios. Todos son Toyota Corola y suelen llevar "decoraciones" con referencia a dios. Además existen los taxis-brousse, interurbanos que suelen ser Peugeot 504 familar de 9 plazas y los gbaka que son furgonetas y pueden llevar hasta 18. Suelen tener destino fijo y no salen hasta ocuparse todas las plazas por eso llaman la atención aparcados en las cunetas con el conductor en la calle haciendo gestos para cazar viajeros...>
<...una vez más he vuelto a CAVA (y ya van cinco). En todas ellas he ido disfrutando más ya que mi experiencia en el regateo aumenta a la misma velocidad que mi colección de recuerdos. Además esta vez el motivo de mi visita no solo ha sido comercial. He llevado una foto que nos hicimos Mustafa y yo en otra de mis visitas y que me pidió que si alguna vez volvía por allí se la llevase. Su cara de sorpresa y gratitud serán inolvidables, que te diga que siempre seras mon frère no tiene precio... Eso sí, a la hora de marcar el precio de salida, parecía que ni siquiera me conocía, al final les affaires sont les affaires...>
<...una vez más he vuelto a CAVA (y ya van cinco). En todas ellas he ido disfrutando más ya que mi experiencia en el regateo aumenta a la misma velocidad que mi colección de recuerdos. Además esta vez el motivo de mi visita no solo ha sido comercial. He llevado una foto que nos hicimos Mustafa y yo en otra de mis visitas y que me pidió que si alguna vez volvía por allí se la llevase. Su cara de sorpresa y gratitud serán inolvidables, que te diga que siempre seras mon frère no tiene precio... Eso sí, a la hora de marcar el precio de salida, parecía que ni siquiera me conocía, al final les affaires sont les affaires...>
<...a pesar de que nunca he podido visitar el gran mercado de Abidjan a píe, el recorrido en coche que lo atraviesa lo he hecho muchas veces. Puestos de todo tipo, desde gallinas hasta ventiladores, pasando por vacas, frutas, muebles o remedios caseros para enfermedades. Talleres mecánicos, de reparación y venta de electrodomésticos o telefonía se intercalan con puestos de envío de dinero, carne seca o especias. Un gran bazar donde parece que todo se puede encontrar si sabes donde hay que buscarlo. Varios kilómetros cuadrados de mercado donde, intentando encontrar lo que necesitan o simplemente buscándose la vida, la gente va y viene -comprando o vendiendo- de un lado para otro, como es frecuente en estas latitudes. Por este mismo camino llegamos a la zona industrial y en la carretera siempre veo a esos vendedores ambulantes de Nescafé (una pena no tengo ninguna foto) y los porteadores con sus carros de carga. También se encuentran por todos lados los maquis, esos pequeños restaurantes locales...>
Concluyendo:
El motivo de esta larga recapitulación sobre Côte d'Ivoire y especialmente sobre Abidjan es que después de las dos últimas rotaciones a bordo del Sapphire Driller, de las que poco nuevo hay que destacar -aparte de una enorme bandada de delfines una mañana de simulacro, y que se acabaron las largas conexiones entre aeropuertos, ya que desde enero estaba volando directamente de Bruselas (donde ahora vivo) a Abidjan, desde el Aéroport Bruxelles-National (BRU)- parece ser que por el momento se acabó mi aventura Africana. Y es por eso que quiero, a mi manera, despedirme de esta Ciudad que me ha acogido durante los últimos meses.
En mi memoria siempre estará aquel primer amanecer, mis miedos a lo desconocido y las caras sonrientes de aquellas gentes al encontrarse con mis ojos esquivos de esos primeros días. Nunca se me olvidará como Mustafa se alegró al verme volver y como su hijo Pap, sin buscar nada a cambio, me entregó un pequeño recuerdo porque yo era: <ami de ma famille>; tampoco se me olvidará ese olor tan especial a África que impregna todo, ni el respeto que creció dentro de mi hacia una cultura tan compleja y desconocida. Por todo eso y mucho más Abidjan -y en cierta forma toda África- es ahora parte de quien yo soy. Dicen que África cambia a la gente y que uno siempre sueña con poder regresar. Yo ya estoy soñando.
A demain Afrique...
Muy buena entrá Fren. Paeciome ke tuve yo ahi ya. Ya tengo gana volver tb :)
ResponderEliminarYo tamien Malio, y más viendo onde me metieron ahora jajajaj. un abrazu!
ResponderEliminar